Acostumbra a tu cachorro a muchas cosas mientras sea
pequeño. Baños, cepillado, corte de uñas, limpieza de oídos, que se le examinen
los dientes, etcétera. El dedicarle el tiempo a hacer de estas cosas algo
rutinario y placentero para tu cachorro te va a ahorrar mucho tiempo y
problemas más adelante.
Por ejemplo, cada noche antes que el perro coma (pero luego
que le has puesto el plato con comida), revisa sus orejas, mirando y tocándolas
con tus dedos. Hazlo cada noche hasta que el perro deje de “quejarse" por
ello. Continúa haciéndolo y siempre sabrás si los oídos de tu perro están bien.
El cepillado es importante, especialmente para los perros de
doble pelaje o de pelo largo cuando comienzan a cambiar el pelo. Un pequeño
esfuerzo ahora para hacer que tu perro disfrute del cepillado, te ahorrará
muchos problemas más adelante, cuando comience a tirar, y tirar, y tirar pelo.
Durante el primer año de tu cachorro, es muy importante que
sea expuesto a una variedad de situaciones sociales. Luego de que haya recibido
todas sus vacunas, cuidadosamente ex-ponlo al mundo exterior. Llévalo a diferentes
lugares: parques, centros comerciales, escuelas, distintos vecindarios,
exposiciones para perros, clases de obediencia -a todos los lugares donde se te
ocurra que será diferente para el cachorrito. Si el cachorro parece asustado,
permítele explorar por su cuenta. Dale ánimos al cachorro, pero se firme, no
tiránico. Si quieres llevar al cachorro en un elevador, déjalo intentar subirse
por sí mismo. Tu tienda de artículos para mascotas es un buen lugar,
exposiciones caninas son otro buen lugar. Que el cachorro aprenda sobre el
mundo de modo que no reaccionará con miedo a situaciones nuevas cuando sea un
adulto. Y que aprenda que nunca le pedirás que hagas algo peligroso para él.
Socializar a un perro puede ser muy divertido para ti tanto como para el perro!
No cometas el típico error de muchos dueños cuando sus
perros muestran miedo o agresión al conocer extraños. No los sobreprotejas, ni
les digas cosas como "ya... tranquilo", "está bien...".
Esto solo sirve para reforzar el comportamiento, y los ánima a que sigan
teniendo miedo o que continúen gruñendo. En su lugar, sólo di "No!"
tajantemente, y felicítalo cuando se detenga. Felicítalo más todavía cuando
permita que le acaricien la cabeza. Si comienza a gruñir o a retroceder
nuevamente, di "No!". Sé un poco más suave con el "no"
cuando el perro exhiba miedo, pero sí se firme. Con un perro que gruñe, se
mucho más enfático y duro con tu "no!".
Si planeas participar en una clase para cachorros (y
deberías, no son caras), preguntale al instructor acerca de sus métodos antes
de comenzar. Si la socialización no forma parte de la clase, busca otro lugar.